Levantarte, arreglarte y brillar.

Un día empiezas a darte cuenta que de nada sirven unas palabras sin que unos actos demuestren lo que realmente te importa una persona. De nada sirve decir sin hacer. Sé que todos siempre seremos egoístas y no nos pondremos nunca en la piel del otro y lo que pueda sentir, pero hay momentos en los que dejas que simplemente todo fluya, dejarlo en un stand-by.

LLegó el día en el que te das cuenta que no has perdido nada, porque realmente no estaba ahí cuando más lo necesitabas. A veces, las cosas tienen que pasar así para que empieces a entender la vida un poco más. Jamás nada se retiene y todo fluye a su modo, contigo o sin ti.  Un buen día conoces a alguien que crees que siempre estará a tu lado y de repente te das cuenta que ya no está ahí, a pesar de que tú si lo estés, aunque para esa persona simplemente seas ya alguien insignificante.

Así como llegan las cosas otras se van, pero a pesar de como amanezcas siempre tienes que levantarte, arreglarte y brillar.