domingo, 27 de noviembre de 2016

Cosas duras...

Que duro es sentir que das todo por alguien, pero ese alguien no es capaz de dar por ti lo mucho que tú das por él.

Que duro es sentir tanto por alguien que no te guarda unas horas o unos simples minutos para verte o para poder darte un abrazo y estar junto a ti.

Que duro es ver que cada vez lo estas perdiendo, que cada vez esta más lejos de tu lado.

Que duro es llegar a pensar que tu no eres la única en su vida, que hay otra persona que le hace ver las cosas de otra manera y ya no eres eso especial que antes eras.

Que duro es tener tiempo libre y que tu mente solo se ponga a pensar en él, en que estará haciendo o en las cosas que podrían estar ocurriendo en ese mismo instante si estuviera contigo.

Que duro es no ser correspondido y que la otra persona tal vez no sienta ni cierta parte de lo que tú.

Que duro es ver que tal vez le fallas en algunas cosas e intentar que eso no sea así, pero no puede.

Que duro es observar que tiene tiempo para otros, pero para ti no tiene absolutamente un segundo.





domingo, 20 de noviembre de 2016

Frío...

Sentir el frío en cada uno de tus huesos. Que entre dentro de ti profundamente hasta quedarte helado. Sentirte solo porque no tienes a nadie que pueda cobijarte y hacer que ese frío se haga más ameno en compañía.

Tardes tristes de lluvia en las que solo te queda mirar por la ventana y observar como la gente se tapa con sus bufandas más calentitas del armario. Ver pasear parejas de la mano con sus gorros puestos y con un rubor rojo en el rostro. Te queda sentarte en tu cama al lado de una vela, con un café bien cargado leyendo libros sin una triste compañía.

El frío solo no se vive igual. No hay nada mejor que acompañar una tarde invernal junto con tu pareja, una mantita, una peli y mil y un caricias.

¿Algún día conseguiremos tener todos a esa persona a nuestro lado? Espero y deseo que sí. Porque no hay nada más bonito que sentirte cobijado y arropado por alguien.