Hagámonos nuestros.

Como decirte que me muero por recorrer cada centímetro de tu cuerpo, por hacer realidad aquellas fantasías, por agarrarte aquello que es tuyo donde sea y cuando sea, por dedicarme a darte placer y así mejorar el mío propio. Allí donde estés, espero que tu mente esté revolcándose con la mía. No puedo esperar a hacerte las cosas que estoy pensando, tengo necesidad de cometer esos pecados. Intentar provocarte de una manera elegante, manosearnos, besar cada lunar que tienes en tu cuerpo, hasta perder la cuenta y empezar de nuevo. Comenzar  con unos buenos besos que siempre serán lo mejor para el juego previo. Un beso de esos que pervierten la mente y desnudan el alma.  Hagamos que el sentimiento mutuo se escuche, se disfrute y se sienta. Fastidiemos a los vecinos. y que envidiosos nos pidan la receta. Amanezcamos uno encima del otro, ya que al lado sería demasiado lejos. Sintámonos dentro y hagámonos nuestros.